SEUDONIMOS III


No hay dos sin tres. En este caso descubrimos anteriormente los seudónimos, así como sus significados, de escritores tan conocidos como J.K. Rowling, Stephen King, Voltaire, Hergé, Mark Twain y otros muchos. No cejemos en el empeño y sigamos descubriendo secretos:    

Daniel Foe fue un escritor, periodista y panfletista inglés, mundialmente conocido por su novela de 1719 Robinson Crusoe. Tuvo mucha vanidad y escasa originalidad al añadirse al apellido la sílaba “DE”, quedando como Daniel Defoe, algunos explican que para darse aires de aristocracia.



 Según parece, en 1685 apoyó una rebelión contra el rey católico Jacobo II y tras ser apresado y, por suerte, indultado, se marchó al extranjero como comerciante. Según se cuenta viajó por toda Europa, incluido España, y volvió a Inglaterra en 1695, diez años después de su marcha, usando ya el apellido Defoe. Sin embargo, este cambio de nombre no le sirvió para librarse de la picota y de la prisión ocho años más tarde, debido a sus panfletos y escritos políticos. No obstante, terminó evitando la cárcel debido a su buen hacer con la pluma, pues el gobierno lo utilizó como panfletista y periodista a su favor. Y, aparte de temas políticos, en 1719 llegaría su novela más archifamosa, Las aventuras de Robinson Crusoe, siendo Robinson Crusoe, de hecho, seudónimo de la obra, puesto que Daniel Foe, se comenta, temía alguna reprimenda por parte de personas poderosas. (No es de extrañar. Estaría harto de huidas y cárceles). El éxito de la novela fue inmediato y universal, considerada la novela inglesa más popular de todos los tiempos y el segundo libro más leído después de la Biblia. A finales del siglo XIX ningún otro libro en la historia de la literatura occidental tenía más ediciones, traducciones e imitaciones que Robinson Crusoe. Como curiosidad, estudios actuales indican que Defoe se basó en las aventuras reales de dos náufragos: el marinero escocés Alexander Selkirk y el español Pedro Serrano. También Defoe se hizo pasar por editor en lugar de autor en la obra Fortunas y adversidades de la famosa Moll Flanders. Novela picaresca que narra las peripecias de una mujer bígama, ladrona, incestuosa, adúltera… (vamos, que lo tiene todo). Y le faltaron seudónimos y trucos para engañar a la muerte, pues Daniel Defoe falleció en 1731 y se cree que vivía en la clandestinidad, huyendo de sus acreedores.

Y de un nombre que nos podía sonar nos vamos a otro que no nos sonará de nada: Carlo Lorenzini. ¿Quién…? Su nombre completo es Carlo Lorenzo Filippo Giovanni Lorenzini, que nos dice menos todavía. Sin embargo, prácticamente todos hemos leído su obra más conocida. Doy más pistas, su seudónimo fue Carlo Collodi y era periodista y escritor en Italia en el siglo XIX. ¿Nada? Pues bien, estoy hablando del autor de una de las obras más leídas a nivel mundial: Las aventuras de Pinocho, publicadas entre 1882 y 1883 en el periódico infantil "Giornale per i bambini" con el título Historia de un títere. Entonces contaba con las ilustraciones de Enrico Mazzanti. Pinocho ha sido traducida a más de doscientos cincuenta idiomas y dialectos, incluyendo el braille. Es uno de los libros más vendidos de todos los tiempos y se ha adaptado a grabaciones de audio, obras de teatro, películas, ballets y ópera. ¡Hasta Tolstoi hizo su versión literaria en ruso! En cuanto al autor, por desgracia, murió sin saber el éxito que alcanzaría su obra. Como curiosidad, él no la concebía como una obra infantil, sino que hay un trasfondo político detrás. De ahí la utilización del seudónimo, que, por cierto, hace referencia al pueblo de la Toscana donde nació su madre. 

Y eso es todo por hoy, amigos, disfrutad de la lectura. 

Carlos Álvarez

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