El Kraliner Seco se elabora con uvas Xarel.lo, Macabeo y Parellada. Es de un color amarillo pálido alimonado y sutiles tonos verdosos. Tiene un aroma intenso
en el que predominan las frutas blancas como la manzana y el plátano a
lo que acompañan elegantes notas de cítricos. En boca es fresco y sabroso con una ligera acidez;
el sabor a frutas perdura largo tiempo y en él destaca el gusto de las
manzanas verdes. Todo ello hace que el René Barbier Kraliner Seco sea ideal para acompañar cualquier tipo de aperitivos, así como platos de pasta, pescados a la plancha e incluso marisco fresco.
Para mi gusto, no está nada mal. Lo único, es que yo soy de vinos más bien dulces y afrutados y este es un pelín seco. Pero a la gente que le gusten, es una muy buena opción.
El Tinto Roble de René Barbier se elabora con Tempranillo, Merlot, Cabernet Sauvignon y Garnacha y se conserva dos meses en barrica de roble. Es de un color cereza brillante y de una intensidad media. Tiene aromas intensos a frutas rojas maduras -como la cereza y la ciruela negra- y un fondo especiado que recuerda a la vainilla. En boca tiene una entrada suave y sedosa,
con una persistencia de sabor media en la que se pueden apreciar aromas
afrutados y de regaliz negro. Esta complejidad aromática y de sabor
hace que el placer de tomar este vino se potencie al acompañarlo de un buen plato de queso semicurado, un revuelto de setas o cualquier tipo de carne blanca.
Muy rico. Al principio resulta un poco aspero, pero a medida que respira, es realmente interesante. Lo recomiendo porque además su precio es muy bueno, no llega a los 4€.
Finalmente, os explico como hacer una muy buena cata, gracias a nuestros amigos de Testamus:
- Primera fase: vista -->
En primer lugar, debemos descorchar la botella y dejar que su contenido
se airee por unos minutos. Luego, servimos el vino en una copa (un
poquito, eh, ¡no os paséis, que sólo hay que probarlo!) y cogemos ésta
por el tallo para no calentar el líquido. Después, sobre una base blanca
(puede ser una servilleta o la misma mesa) inclinamos la copa y
observamos el color lo cual nos dará una idea de la edad del vino;
generalmente, un vino tinto de color rubí o cereza brillante es un vino
joven, mientras que si el color es más granate o teja será más
envejecido con crianza. Finalmente, en esta fase, moveremos ligeramente
el contenido de la copa para observar las lágrimas que caerán por los
bordes internos de la misma: a menor velocidad de caída, mayor densidad
de alcohol del vino.
- Segunda fase: olfato
--> Sin necesidad de agitar el vino, meteremos la nariz en la copa y
descubriremos los aromas primarios del líquido, los cuales serán, por
norma general, el de la uva o el de las frutas. Luego, agitaremos
ligeramente el vino para que desprenda más aromas. En este momento
podremos descubrir los matices que caracterizan cada variedad de vino.
Normalmente, en los vinos jóvenes apreciaremos más cantidad aromática.
Finalmente, y este ya es un paso de expertos, agitaremos con más energía
para descubrir los aromas conocidos como bouquet que, aunque difíciles
de adivinar, son los que se desarrollan durante y después de la crianza
del vino.
- Tercera fase: boca -->Primeramente,
daremos un sorbo al vino y lo mantendremos en la boca unos segundos.
Después pasaremos el líquido por los cuatro puntos de nuestra cavidad
bucal (derecha, izquierda, arriba y abajo). Tras ello, podremos saber si
el vino nos parece suave, astringente… Una vez hemos tragado el vino (o
escupido) podremos apreciar el regusto que nos ha dejado; si el sabor
persiste largo rato diremos que es de largo retronasal.
- Bonus track: tips extra -->
No olvidéis realizar la cata en una habitación ventilada y luminosa y
no llevar perfumes potentes que puedan menguar los aromas del vino.
Ya tenéis vino para celebrar estas navidades, espero que os guste y me dejéis vuestras impresiones.
Besos y saludos y ¡¡FELIZ NAVIDAD A TODOS!!!
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